El miedo a los asaltos es una consecuencia habitual luego de ser víctima de un delito de este tipo, las personas se vuelven más cuidadosas y temerosas. Está claro que siempre hay que tomar precauciones normales como evitar usar el teléfono celular en la calle, mirar hacia todos lados al caminar en un lugar oscuro, detener la marcha o cruzar de vereda ante la presencia de cualquier sospechoso, pero si esas conductas se exacerban hasta impedir que se retome la vida normal, deberías buscar ayuda profesional.
Nuestras puertas siempre están abiertas para que hablemos de prevención y frente a un asalto, la mejor reacción es no oponer resistencia para preservar la salud y la vida.
Asimismo, los profesionales de la salud indican que, en los minutos u horas posteriores al asalto o robo, es recomendable hablar con alguien sobre lo ocurrido, tanto para calmar el nerviosismo como para racionalizar el incidente.
Las siguientes dos semanas es natural s